Las relaciones Colombia-Estados Unidos entran a una nueva etapa
El principio del fin de la luna de miel con Petro
Este 27 y 28 de marzo, una delegación colombiana liderada por el canciller ALVARO LEYVA DURÁN1 visitará Washington DC para participar en el X Diálogo de Alto Nivel entre Colombia y Estados Unidos. El diálogo, cuya primera versión se dio en el 2010, se presenta como “el mecanismo de relacionamiento político más importante” que tiene Colombia con EEUU—un país que, guste o no, continúa ocupando una posición central en la política exterior colombiana.
Acompañando al canciller estará una delegación robusta de viceministros y otros funcionarios de alto nivel de las entidades gubernamentales. Ellos participarán en seis mesas de trabajo técnicas, que abarcan un abanico de asuntos de interés, desde medio ambiente y cambio climático hasta seguridad, antinarcóticos y desarrollo rural.
La ventaja para buena parte de los participantes del gobierno Petro es que esta no será la primera vez que se reúnen con sus contrapartes estadounidenses. Por el contrario, en estos casi siete meses de gobierno—y aún antes, durante el proceso de empalme—el diálogo con Washington ha sido fluido y se ha mantenido al más alto nivel. Un repaso parcial:
En julio 2022, la entonces vicepresidenta electa FRANCIA ELENA MÁRQUEZ MINA, acompañada por Leyva, se reunió con FRANCISCO PALMIERI, el embajador de EEUU en Colombia.
En agosto 2022, SAMANTHA POWER, administradora de USAID, encabezó la delegación estadounidense a la posesión presidencial de Petro.
En septiembre 2022, la general LAURA J. RICHARDSON, comandante del Comando Sur de las fuerzas armadas de EEUU, viajó a Colombia, donde llevó a cabo reuniones con la vicepresidenta Márquez, el ministro de defensa IVÁN VELÁSQUEZ GÓMEZ y el mayor general HELDER FERNAN GIRALDO BONILLA, comandante de las fuerzas militares de Colombia. En su visita, Richardson llamó a Colombia “nuestro socio en seguridad #1 en la región”.
También en septiembre 2022, los ministros Leyva y Velásquez fueron a la Casa Blanca a reunirse con altos oficiales del Consejo de Seguridad Nacional y del Departamento de Estado, entre otras entidades del gobierno de EEUU.
En octubre 2022, el secretario de Estado de EEUU, ANTONY BLINKEN, paró en Colombia durante un tour de países de la región. Blinken se reunió con el presidente GUSTAVO FRANCISCO PETRO URREGO. También participó en eventos con la vicepresidenta Márquez y el canciller Leyva.
En noviembre 2022, un buque hospital de la armada estadounidense ancló en Cartagena en una misión de asistencia médica. La general Richardson volvió al país en esta ocasión, y se reunió con el ministro Velásquez y el mayor general Giraldo.
En diciembre 2022, el secretario de seguridad nacional de EEUU, ALEJANDRO MAYORKAS, hizo una visita a Colombia centrada en el tema de migración. El presidente Petro y el canciller Leyva participaron en las discusiones.
También en diciembre 2022, el canciller Leyva viajó a EEUU a una reunión con altos oficiales del Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional de EEUU.
En enero 2023, el mayor general Giraldo visitó la sede del Comando Sur de EEUU en Miami.
Con tanta visita y expresión de buena voluntad, parecería que las advertencias que algunos hicieron de “relaciones cada vez más tensas” con EEUU no se hicieron realidad y que, por el contrario, lo que dijo el canciller Leyva hace unos meses es cierto: “las relaciones de Colombia con los Estados Unidos están pasando por un excelente momento”.
Pero es que todavía es muy temprano para decir con certeza si continuamos navegando en aguas mansas o nos acercamos a una catarata en la relación bilateral.
El gobierno Petro ha intentado mantener un fino balance entre sus intenciones de darle un giro a la postura colombiana en ciertos temas espinosos y su deseo de no levantar ampollas con EEUU. Sin embargo, ese balance está a punto de entrar en una nueva etapa de turbulencia. Lo decimos por dos razones.
Primero, porque este gobierno está pasando de la visión y planeación a la ejecución. El gobierno habló mucho en estos primeros meses, y, afortunadamente, salvo en algunas ocasiones en las que Colombia cruzó líneas rojas estadounidenses, el gobierno de EEUU adoptó una postura prudente de wait and see. Pero es que precisamente estamos pasando del wait al see.
El Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 que el gobierno presentó al Congreso contiene muchos artículos sensibles para EEUU, como la formulación de una nueva política nacional de drogas y el traslado de la Policía Nacional fuera del Ministerio de Defensa. De igual manera, avanzan las negociaciones con grupos al margen de la ley que pueden terminar en concesiones incómodas para Washington. En la medida que estas y otras iniciativas se empiecen a ejecutar, ¿será EEUU tan paciente como lo ha sido hasta ahora?
La segunda razón es que el ambiente político en EEUU también está en una transición. Los republicanos ahora controlan la Cámara de Representantes. Y todas las fichas políticas se están moviendo en función de las elecciones presidenciales y legislativas del 2024. No sería de extrañar que la política exterior estadounidense se politice [aún más] y que las políticas del gobierno Petro entren como peones al tablero del debate público entre republicanos y demócratas.
Porque por cada Biden que ve a Colombia como un socio “esencial”, siempre habrá una MARÍA ELVIRA SALAZAR que jamás verá con buenos ojos a un gobierno de izquierdas.
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ESCRÍBANOS: ¿Es usted la persona encargada del escritorio de EEUU en la dirección de América y nos quiere dar más detalles sobre la agenda del X Diálogo de Alto Nivel? ¿O trabaja en uno de los Comités de Asuntos Exteriores del Congreso estadounidense y nos quiere contar por dónde nos van a recortar ayuda? Escríbanos con tips a diplomaciaabierta@substack.com.
Unos suben, otras bajan. Esta fue la movida de nombramientos en Cancillería esta semana:
🇻🇪 Se emitió el decreto que nombra a BERNARDO ALEJANDRO MAHE MATAMOROS como cónsul de Colombia en San Antonio del Táchira. Mahe es embajador de carrera. Anteriormente sirvió en el consulado en Newark. Mahe acompaña a las embajadoras FULVIA ELVIRA BENAVIDES COTEZ y MIRZA CRISTINA GNECCO PLA, quienes fueron nombradas para los consulados en Caracas y Maracaibo, respectivamente.
🇯🇲 En la página de la Presidencia, se publicaron un número de hojas de vida de candidatos a servir como embajadores/as. Recuerden que este es el paso previo a la emisión del decreto. Una de las hojas de vida es la de EMILIANA LUCÍA BERNARD STEPHENSON (@emibernard), quien serviría como embajadora de Colombia ante Jamaica. Bernard ha desarrollado una importante carrera en San Andrés y Providencia, trabajando en la gobernación, sirviendo como jefe de la oficina asesora de la asamblea departamental, como secretaria de despacho del gobierno de San Andrés y como directora de Teleislas.
🇰🇪 Una segunda hoja de vida es la de PEDRO LEÓN CORTÉS RUÍZ (@plcortesr), quien serviría como embajador de Colombia ante Kenia. Cortés es doctor en ciencia política de Howard University, y ha tenido una distinguida trayectoria como activista y académico en derechos humanos de las comunidades afrocolombianas. Él ha trabajado en instituciones y colectivos como AFRODES, CODHES, CONPA, la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición y el International Institute on Race, Equality and Human Rights.
🇹🇹 Una tercera hoja de vida es la de WILLIAM SIDNEY BUSH HOWARD, quien serviría como embajador de Colombia ante Trinidad y Tobago. Bush ha trabajado para el gobierno departamental de San Andrés y Providencia como secretario de hacienda y secretario de gobierno. Tiene experiencia diplomática y consular, habiendo liderado la entonces Oficina de América de Cancillería y servido de cónsul en Canadá.
🇮🇳 Una cuarta hoja de vida es la del diplomático de carrera VÍCTOR HUGO ECHEVERRI JARAMILLO, quien serviría como embajador de Colombia ante India. En el 2015, Echeverri fue nombrado como embajador ante Malasia. Posteriormente, en el 2017, fue nombrado como embajador ante Filipinas.
🇩🇴 La última hoja de vida es la de DARÍO VILLAMIZAR HERRERA (@dvillamizarh), quien serviría como embajador de Colombia ante República Dominicana. Villamizar es autor de Las Guerrillas en Colombia. Él fundó y dirigió la Corporación Medios para la Paz. Es exmilitante del M-19.
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Esta semana, desde Diplomacia Abierta, publicamos nuestro Rastreador de cónsules y encargados de funciones consulares de Colombia en el extranjero. El Rastreador de cónsules, que se mantendrá actualizado diariamente y cuyo archivo Excel puede ser consultado y descargado, le hace seguimiento a los nombramientos de los cónsules y encargados de funciones consulares en los 121 consulados de Colombia en el mundo. Esta herramienta presenta información util para el análisis. Discutimos acá algunos hallazgos tempranos.
Según el Rastreador de cónsules, al 28 de febrero, 106 de los 121 consulados tienen a un funcionario ejerciendo plenamente las labores consulares. El restante corresponde a 13 consulados en Venezuela que aún no están en funcionamiento y dos en Panamá que presentan vacantes o liderazgos por encargo.
Vale recordar que, a diferencia de los cargos de embajadores, que son de libre nombramiento y remoción, los de cónsul son explícitamente de carrera diplomática y consular. Esto quiere decir que los nombramientos a estos cargos de personas que no pertenecen a la carrera (los llamados “nombramientos provisionales”) solo se pueden dar cuando “no sea posible designar funcionarios de Carrera Diplomática y Consular para proveer dichos cargos”.
Quizás por eso, tantos cónsules y encargados de funciones consulares son de carrera: de los 106 funcionarios cumpliendo estas funciones en el momento, cerca de tres cuartas partes son de carrera; la otra cuarta parte corresponde a nombramientos provisionales. Sin embargo, si ponemos el foco solo en los 15 nombramientos del gobierno Petro, las cifras dan un resultado distinto, con más de la mitad de los nuevos cónsules siendo provisionales. ¡Y muchos en destinos bastante apetecidos!
Ahora, si se revisan las cifras por género, vemos algo similar a lo que encontramos en nuestro primer boletín con las cifras de embajadores: apenas un 34% de los funcionarios en estos cargos son mujeres, equivalente a 36 personas. De esta manera, aún falta trecho por recorrer para lograr el objetivo de tener una representación femenina más equitativa.
Un dato interesante que muestra el Rastreador de cónsules es la fecha en la que se expidió el decreto de nombramiento del funcionario. Esto nos ayuda a estimar su fecha de salida. Según el Decreto Ley 274 de 2000, para funcionarios de carrera, “[e]l tiempo de servicio en el exterior será de 4 años continuos, prorrogables hasta por 2 años más”. En el caso de los provisionales, “[e]l servicio en el exterior… no excederá de cuatro años”.
Ya que 91 de los actuales cónsules y encargados de funciones consulares fueron nombrados durante los gobiernos de Duque y Santos, esperamos ver una cierta rotación en la medida que se cumplen sus tiempos de servicio. Por ejemplo, en este momento, hay 10 funcionarios que, a este mes, ya habrán cumplido 4 o más años desde que se les expidió decreto. Si bien la fecha del decreto no es la misma del inicio de servicio en el exterior (esta última no es pública), sí nos estaremos acercando a nuevas vacantes en Abu Dabi, Buenos Aires, Dublín, Cancún, Chicago, Monterrey, San José, Santo Domingo, Shanghái y Tegucigalpa. ¿Quiénes estarán alistando maleta para tomar esos cargos?
El Rastreador de cónsules también tiene información sobre la categoría del funcionario en el escalafón de carrera a la fecha de expedición del decreto. Estas categorías pueden cambiar ligeramente a lo largo de un servicio en el exterior, pero por lo menos sirven para indicar la asignación salarial inicial del funcionario. Pronto publicaremos una herramienta que le permitirá estimar el salario aproximado de funcionarios en el exterior en distintas categorías. Mientras tanto, puede consultar el Decreto 2348 de 2014 que establece las bases con las que se calcula esa asignación salarial.
Y una ñapa: en el Rastreador de cónsules pueden encontrar la circunscripción de cada consulado, es decir, el territorio sobre el que es responsable. Tiene todo el sentido que para algunos países (Brasil, EEUU, España, México, Venezuela, etc.), por el alto número de colombianos y colombianas en el territorio, este se divida en un número de consulados. Pero miren no más lo que pasa en África, Asia o partes de Europa en las que un solo consulado está a cargo de muchos países. Por ejemplo, ¡el consulado en Acra es responsable de 19 países! Acá un mapa como referencia:
¡Le dejamos la invitación a usar esta herramienta! (Y no olviden que también hay un Rastreador de embajadores y embajadoras de Colombia en el extranjero.)
Contribución de Diego Jaramillo Mutis (@diegojaramut), profesor e investigador de “Historia de Colombia” y “Colombia en el Mundo” de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia
La Cancillería colombiana en sus inicios
La Cancillería colombiana tuvo un perfil alto durante sus primeros años, que perdió con el paso del siglo XIX. La Secretaría de Relaciones Exteriores de la República de Colombia nació en 1821, con la Constitución de Villa del Rosario de Cúcuta; el primer canciller colombiano fue el venezolano Pedro Gual. En su memoria al congreso de 1823, Gual aseguró que la Secretaría a su cargo era “la parte más esencial de la administración pública”. En el siglo XIX, la Cancillería fue fundamental para el proyecto nacional colombiano y el servicio diplomático y consular, una herramienta clave para la formación política de las élites nacionales. La cancillería facilitó la aparición de una red paralela transnacional de intelectuales políticos, como el panameño Justo Arosemena, conocido en su momento como el “decano” de la diplomacia colombiana. Arosemena fue canciller en 1848 y ministro en Estados Unidos, Gran Bretaña-Francia, Venezuela y Perú, además de representante de Colombia en el Segundo Congreso Hispanoamericano de Lima en 1864. En este escenario multilateral, tuvo la oportunidad de interactuar con otros políticos intelectuales destacados de su tiempo, como el futuro presidente de Argentina Domingo Faustino Sarmiento o el venezolano Antonio Leocadio Guzmán, padre del presidente Antonio Guzmán Blanco.
Colombia fue una potencia diplomática durante sus primeros años. La Constitución de 1821 creó cinco secretarías, “a saber: de Relaciones Exteriores, del Interior, de Hacienda, de Marina y de Guerra” (art. 136). La primacía de la Cancillería en el gabinete presidencial quedó clara desde el principio, incluso por delante de la Secretaría de Interior. Esto contrasta con las otras repúblicas hispanoamericanas nacientes, que tenían entonces una sola Secretaría de Interior y Relaciones Exteriores. Además, en 1823, Colombia era el único Estado hispanoamericano que tenía presencia diplomática en todas las capitales de la región. Según Germán Cavelier, este país era una “fuerza mucho más grande que la de los Estados Unidos en la época: fuerza no solamente material sino también moral. El sistema colombiano fue en la época mucho más importante que el norteamericano”. El Secretario de Estado y futuro presidente de Estados Unidos John Quincy Adams reconoció en 1823 que Colombia “estaba llamada a ser una de las naciones más poderosas del planeta”. Sin embargo, el fracaso de Simón Bolívar en el Congreso de Panamá de 1826 inició el derrumbe de la llamada Gran Colombia, que se consumó en 1831, después de la muerte de su arquitecto.
El reconocimiento de los demás Estados y la creación de una confederación hispanoamericana fueron los objetivos principales de la cancillería colombiana durante su primer lustro. Para esto, Joaquín Mosquera, hermano del futuro presidente Tomás Cipriano de Mosquera, fue enviado como ministro plenipotenciario a las repúblicas del Mediodía (Perú, Chile y Buenos Aires). Mosquera suscribió sendos tratados con los gobiernos de Lima, Santiago y Buenos Aires, aunque el último solo contempló el reconocimiento mutuo y la alianza militar contra España, no la confederación acordada con Perú y Chile. Por su parte, el mexicano Miguel Santa María, uno de los secretarios del congreso constitucional colombiano de 1821, firmó con su país de origen un tratado muy parecido al de Perú y Chile. El arreglo colombo-mexicano contempló la posibilidad de preparar un ataque naval para arrebatarle Cuba a España, que finalmente no fue llevado a cabo. Por último, el canciller Gual firmó un tratado con la República Centroamericana en 1825 en Bogotá, similar a los de Perú, Chile y México. Así, la alianza hispanoamericana quedó formalizada con estos cinco tratados de reconocimiento. Bolívar quiso refrendar esto en el Congreso de Panamá pero no lo logró debido a que la amenaza española había disminuido considerablemente, en buena medida. Colombia fue la primera república hispanoamericana reconocida por Gran Bretaña, Estados Unidos y la Santa Sede, y la última reconocida por España (1881), debido a su apoyo a la independencia cubana.
Tras la división de la primera Colombia, la Constitución de 1832 unió en una sola a la Secretaría de Interior y Relaciones Exteriores. Nueva Granada heredó el lugar internacional de Colombia, pero la experiencia fallida de la década anterior y la difícil situación económica causaron un repliegue diplomático considerable por parte de Bogotá. El secretario más destacado de este periodo fue Lino de Pombo, signatario del tratado Pombo-Michelena de 1833 con Venezuela y después ministro en Caracas. Aunque la Constitución de 1843 separó de nuevo a la Cancillería de la Secretaría de Interior, el Congreso de la república discutió la posibilidad de acabar la Cancillería en 1851, debido a la situación económica y a su poca relevancia. Los cancilleres más destacados de estos años fueron los presidentes Manuel Murillo Toro y Manuel María Mallarino, firmante del tratado Mallarino-Bidlack con Estados Unidos en 1846, además del panameño Arosemena, Joaquín Acosta y Manuel Ancízar, cuatro veces canciller y representante de Colombia en el Primer Congreso Hispanoamericano de Lima en 1847. Los congresos de Lima de 1847 y 1864, continuación del de Panamá de 1826, fueron una buena ocasión para que Colombia mostrara su liderazgo regional por medio de la defensa de un derecho de gentes (internacional) americano diferente al europeo, en el que primaban la neutralidad en asuntos ajenos y los arbitrajes para resolver controversias. Colombia fue neutral en las guerras más importantes de este periodo y resolvió varios de sus diferendos limítrofes por medio de arbitrajes. Sin embargo, este país fue el único que ratificó los acuerdos hispanoamericanos de 1826, 1847 y 1864. Los liberales radicales volvieron a juntar la Secretaría de Interior y Relaciones Exteriores, con la Constitución de 1863. El regenerador Rafael Núñez las separó definitivamente en 1880 y en 1886 convirtió a la Cancillería en Ministerio de Relaciones Exteriores. Paradójicamente, el objetivo parecía ser fortalecer la Cancillería, tanto cuando se unía como cuando se separaba de la Secretaría de Interior.
En estos años, las legaciones colombianas más importantes fueron las de Washington y Londres, seguidas de las de Lima y Caracas. La legación en Norteamérica fue una plataforma política importante; por allí pasaron varios presidentes de la república. Una ley de 1866 organizó al servicio diplomático y consular colombiano así: las misiones diplomáticas estaban formadas por dos ministros plenipotenciarios, tres ministros residentes y cuatro encargados de negocios; el cuerpo consular, por cónsules generales, cónsules particulares, vicecónsules y agentes consulares. La misma ley estableció que los consulados generales estarían ubicados en Londres, París, Hamburgo, Florencia o Génova, Bruselas o Ámsterdam, Nueva York, San José, Caracas, Guayaquil, Lima y Santiago (en ese orden); mientras los particulares estarían en Liverpool, El Havre, San Nazario, Burdeos, Marsella, Génova, San Thomas, Curazao, Veracruz, Maracaibo, Ciudad Bolívar, Quito, Paita y Valparaíso. Como se puede observar, los consulados generales tenían una vocación más política, al encontrarse principalmente en las capitales donde no había legación, mientras los particulares tuvieron un carácter más comercial, ubicados la mayoría en puertos. El regenerador Rafael Núñez fue cónsul en Liverpool y El Havre, los dos primeros consulados particulares, antes de ser presidente.
El declive de la Cancillería se profundizó a finales de siglo, durante la regeneración. Los informes del canciller al Congreso se volvieron bianuales y el presidente Carlos Holguín fue su propio canciller durante varios meses. El ministerio estuvo durante varios años a cargo del vicecanciller Marco Fidel Suárez, clave en la política y la diplomacia colombiana de los primeros años del siglo siguiente. La Cancillería fue poco relevante durante la Guerra de los Mil Días, a pesar de las inmensas implicaciones internacionales de esta, como la independencia de Panamá o la suspensión de la relación bilateral con Venezuela al borde de la guerra. Colombia quedó atrapada en la transición hegemónica del siglo XIX entre Gran Bretaña y Estados Unidos, que supo sortear durante algún tiempo buscando un equilibrio de poder entre ambas potencias.
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APERTURA DE CONSULADOS EN VENEZUELA PROGRESA POR FASES: Así lo confirmó la Cancillería en respuesta a una alerta prendida por la Procuraduría. Según la entidad, en una primera fase, se priorizará la reapertura de los consulados en Caracas, Maracaibo, San Antonio del Táchira y San Cristóbal. En una fase posterior, se avanzaría con los consulados en Puerto Ayacucho, Puerto Ordaz, Valencia, El Amparo y San Fernando de Atabapo. Algunas sedes consulares requieren adecuación ya que cayeron en desuso. En otros casos, se deberán conseguir nuevas instalaciones.
EMBAJADOR MURILLO SE PONE CREATIVO CON TEMA DE VISAS A EEUU: Mientras avanzan las discusiones para una posible eventual exención del requisito de visas para la entrada de colombianos a EEUU, el embajador de Colombia en Washington LUÍS GILBERTO MURILLO URRUTIA plantea dos propuestas que podrían servir de piloto inicial para esta medida. La primera es eximir del requisito de visa a aquellas personas “que llevan años viniendo a EEUU, que nunca han tenido un problema, no se han quedado ni quieren hacerlo”. La segunda propuesta es realizar un preingreso virtual en Colombia, como el que se usa para entrar a México.
CANCILLERÍA NIEGA QUE EXISTE UN TAL CONTRATO CON SATENA: La semana pasada, se circuló en los medios una alegación realizada por el concejal del Centro Democrático HUMBERTO RAFAEL AMÍN de que Cancillería había firmado un contrato directamente con Satena por $1000 millones para vuelos charter de funcionarios de la entidad. La alegación azuzó a la oposición, que criticó al gobierno por no seguir su promesa de austeridad. Sin embargo, Cancillería salió públicamente a negar la existencia del contrato, asegurando que, si bien han existido contratos con Satena en el pasado, el tal contrato del que hablan “no existe”.
CANCILLER A CONTROL POLÍTICO: Los congresistas JUANA CAROLINA LONDOÑO JARAMILLO y DAVID RICARDO RACERO MAYORCA presentaron a la Comisión Segunda de la Cámara de Representantes una propuesta para citar al canciller Leyva a un debate de control político el siguiente miércoles 8 de marzo a las 9:00 AM. La citación se hace en el marco de las sesiones extraordinarias para debatir el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026. Diplomacia Abierta espera poder participar de esta sesión.
Gracias a María de los Ángeles Bejarano Ibáñez (@mariabibanez) por mantenernos al tanto de algunas noticias de la semana.
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Cita de la semana: La frase, trino o declaración que le puso el tono a la semana.
Parece que, en primera instancia, debía ir la vicepresidenta Francia Márquez, pero nos han informado que eso está en veremos.